Valencia es una de las ciudades más atractivas e interesantes de Europa. Gracias a su rico patrimonio artístico y a sus propuestas culturales de primer orden, se ha convertido en uno de los destinos preferidos por el viajero autóctono y foráneo. Presentar Valencia equivale a decir: ciudad moderna, hospitalaria, de espíritu comercial e innovador, benévola. Cruce de civilizaciones desde su antigüedad más remota, este enclave del Mediterráneo posee el encanto de las ciudades cosmopolitas, abierta a las nuevas tendencias en su sentido más amplio. Hablamos de música, artes escénicas, cine, exposiciones, arquitectura y otras disciplinas relacionadas con la cultura.
Pero hay más. A causa de su larga trayectoria histórica, es centro de numerosas fiestas y tradiciones, como las populares Fallas, evento de gran significación por su valor artístico y su naturaleza lúdica. No hay que olvidar sus espacios naturales, las propuestas gastronómicas y sus playas de marcado carácter urbano y ambiente festivo. Como ciudad costera ofrece muchos atractivos al visitante. Nos referimos a su clima, benigno casi todo el año, y al mar Mediterráneo, de aguas tranquilas y cálidas, cuya proximidad a las montañas litorales le confiere un atractivo único. Es por todo ello que tu vuelo a Valencia supondrá unos días de ocio asegurado.
Viajar a Valencia es una experiencia única. Hemos mencionado su amplia oferta cultural y de ocio, su vocación cosmopolita, pero qué hacer un fin de semana en Valencia. Las propuestas en este sentido son múltiples y adecuadas a cada temperamento y sus gustos. La Ciudad de las Artes y las Ciencias es uno de esos lugares que no debemos perdernos a nuestro paso por la capital valenciana. Naturaleza, ciencia y tecnología se dan cita en este espacio concebido como una ciudad dentro de la propia ciudad, un recinto para el ocio inteligente. La ciudad avanzada se organiza en seis complejos centrados en lo audiovisual, las artes escénicas, la ciencia y la biología o la vida marina, entre otros.
Otro enclave que también es lugar de esparcimiento y aprendizaje es el parque nacional de la Albufera. Considerado como uno de los lagos más grandes de la península, es sitio de aves únicas en su proceso de hibernación. En la población cercana de El Palmar, escenario de las legendarias obras del escritor Blasco Ibáñez, podremos degustar platos locales como el arroz a banda, además de disfrutar de un tranquilo paseo en barca. Si, en cambio, sentimos predilección por la arquitectura, nada mejor que la iglesia de Santa Catalina, de estilo gótico y situada en uno de los barrios emblemáticos y con más historia de Valencia. Allí es posible contemplar el campanario del siglo XVII, obra de Juan Bautista Viñes, una auténtica obra de arte.
Valencia ostenta un clima suave durante el invierno y la primavera. Si queremos viajar a Valencia en verano, el calor se acentúa pero al ser una ciudad costera la temperatura se alivia por las noches, invitándonos al ocio nocturno. Pero cuándo visitar la capital valenciana. Si pretendemos coger un vuelo de Madrid a Valencia y disfrutar de los bronceados al sol y las expediciones a última hora de la tarde, lo más recomendable son los meses estivales. Si, en cambio, deseamos una temperatura más liviana, o regular, son aconsejables los meses de septiembre a noviembre y los de febrero a junio. No hay que olvidar que Valencia, como punto estratégico mediterráneo, presenta un clima envidiable, con muchos días de luz. En diciembre, por ejemplo, la temperatura no baja de los diez grados. Es uno de esos lugares, en suma, que puede visitarse en cualquier mes del año.
La estancia en Valencia siempre dependerá de nuestro propósito y el tiempo que dispongamos para nuestra actividad comercial o de ocio. Pongamos, por ejemplo, que cogemos un vuelo de Barcelona a Valencia. Si deseamos hacer turismo, un fin de semana es suficiente para explorar los lugares más emblemáticos de la capital valenciana. En un fin de semana visitaremos la Ciudad de las Artes y Las Ciencia o el casco viejo para degustar un plato típico de sabor tradicional. Si deseamos conocerla en profundidad y exprimir su amplio catálogo de propuestas, lo más recomendable sería una semana.
Valencia posee el ambiente festivo y cálido de las ciudades costeras. A caballo entre la modernidad y la tradición más noble, ofrece al visitante numerosas propuestas tanto en lo que se refiere a la cultura como a la actividad comercial o al ocio. Pero qué hacer en la capital valenciana durante nuestra estancia... Uno de los lugares que no podemos perdernos son las populares plazas del casco antiguo, llenas de terrazas y zonas ajardinadas, con fuentes para tomar un descanso y aliviarnos del calor. Hablamos de la plaza de la Reina o de la plaza Lope de Vega con sus puestos de artesanía y sus callejuelas que discurren entre tiendas y restaurantes de sabor local.
Otro sitio emblemático es el mercado central. Allí tendremos la posibilidad de aprovisionarnos de carne o pescado fresco, al tiempo que disfrutamos de una de las joyas arquitectónicas del Modernismo, con su impresionante cúpula de treinta metros de diámetro. Hemos hablado de plazas para refrescar la caminata, pero nada mejor que las playas para tomar un baño y relajarnos de nuestra actividad turística. En este sentido, disponemos de la playa de la Malvarrosa, cerca del puerto, o la playa de las Arenas. También son de visita obligada:
Valencia propone una amplia y diversa oferta gastronómica. Pero qué comer en la capital valenciana, cuáles son sus especialidades... Al ser una ciudad portuaria, resulta placentero disfrutar de sus deliciosos mariscos o los populares salazones de pescado a modo de entrante, como la mojama o el bacalao seco. Otra de sus especialidades son los arroces y sus múltiples variedades, desde el arroz negro, cuyo color se debe a la tinta del calamar, hasta la paella de marisco o de verdura.
Tampoco debemos olvidar el legendario arroz a banda, preparado con carne de pescado, sepia y langostinos (o en su defecto, gambas). O platos típicos como el esgarraet, una ensalada hecha a base de aceite de oliva, pimiento rojo picado y bacalao. Entre los entrantes, conviene destacar otra especialidad de sabor local, como el espencat, una sabrosa ensalada preparada con berenjena y bacalao. La capital valenciana también dispone de dulces y postres tradicionales.
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