La perla del Egeo, Esmirna la Bella, Esmirna Occidental... Sobrenombres no le faltan a esta milenaria ciudad del levante mediterráneo. Unos apodos que describen a la perfección el espíritu de una urbe que fusiona a la perfección el aire oriental y occidental que caracteriza al poniente del antiguo imperio otomano. Quizá por eso se dice que viajar a Esmirna es lo más parecido a pisar Oriente sin salir de Europa, disfrutando de todas sus costumbres.
En cuanto a la exaltación de su belleza, está claro que no cabe discusión alguna. Se nota que Esmirna ha sido punto de confluencia cultural y comercial en la cuenca del Mediterráneo durante gran parte de sus casi 5.000 años de historia. Al menos, así lo prueba el valor de su patrimonio histórico y la importancia de su puerto dentro del país, sólo superada por la grandiosidad del puerto de Estambul.
¡Esmirna te está esperando!
En general, Turquía es un país con precios muy asequibles; pero, en comparación con los viajes a Estambul, las visitas a Esmirna son mucho más baratas si cabe. Ahorrar sin renunciar a los encantos de la antigua Constantinopla es posible, sobre todo si se planean las vacaciones con tiempo. Se puede ahorrar bastante reservando vuelos de Madrid a Esmirna con antelación, sobre todo haciendo uso de nuestros combos promocionales de vuelo + hotel en Esmirna. ¡No te los pierdas!
Esmirna es sinónimo de ocio, cultura y monumentos arquitectónicos. Birinci, Alsancak y el puerto son zonas de paso obligado para tomar un café a media tarde o disfrutar de la marcha nocturna esmirnea. Cafeterías, bares y discotecas dan paso a los museos, siendo el más importante el arqueológico. El mismo edificio es una obra de arte, considerado uno de los más antiguos del poniente turco, aunque su importancia reside en la riqueza de sus colecciones, incluyendo restos de las antiguas ciudades de Éfeso y Pérgamo.
De hecho, una de las mejores formas de aprovechar un vuelo a Esmirna es realizando alguna excursión a las susodichas ciudades para contemplar sus ruinas. Eso sí, antes hay que recorrer la ruta arquitectónica de rigor en Esmirna, incluyendo sus edificios religiosos y civiles.
La torre del Reloj es un buen punto de partida. Con sus 25 metros de altura lleva más de cien años gobernando la plaza de Konak, en un lugar privilegiado junto al puerto de Esmirna. No es extraño que se haya convertido en el emblema de la ciudad, además de punto de encuentro tanto de viajeros como de lugareños.
Siguiente parada: los templos de Esmirna. El de Hisar y el de San Policarpo, mezquita e iglesia, representan las religiones mayoritarias y son los más conocidos. Aunque es el complejo arquitectónico de la judería de Asansör la que mayor interés despierta entre los visitantes. Tanto o más que el castillo de Kadifekale, cuya construcción se remonta a tiempos de Alejandro Magno.
Estas y otras muchas son las cosas de las que puedes disfrutar en Esmirna. ¡Elígela!Además de por su valor arqueológico, lo que enamora de Kadifekale son las vistas de la ciudad bañada por el golfo de Izmir desde la cima del monte Pagos. La subida y la bajada merecen la pena y, de camino, se abre el apetito. Algo fundamental, no sólo en Esmirna, sino en toda Turquía. De hecho, hay quien se sube a un avión desde la capital o reserva un vuelo de Barcelona a Esmirna exclusivamente para agasajar el paladar con los manjares turcos, tales como:
Delicias que no te puedes perder.
En Esmirna se puede comprar de todo a muy buen precio. Ropa de marca, perfumes, productos artesanales típicos de la región, souvenirs, aparatos tecnológicos, libros... lo que sea. Si lo buscas, lo encuentras en el mercado de Kemeralti, en el de Namazgah o en los mercadillos callejeros de Bornova, Gaziemir o Konak. Y si no, siempre puedes regatear y disfrutar de la amabilidad de los comerciantes. Si planeas unas vacaciones de shopping, apunta Esmirna en la lista.